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La visión neuromórfica es un campo que se inspira en el funcionamiento del sistema visual humano para desarrollar sistemas electrónicos que procesen información visual de manera eficiente y en tiempo real. Este enfoque utiliza sensores y algoritmos diseñados para imitar las propiedades biológicas del ojo y el cerebro.
En lugar de capturar datos en fotogramas fijos como las cámaras tradicionales, los sensores neuromórficos registran eventos individuales (cambios en la intensidad de luz) en cada píxel. Esto los hace altamente eficientes en términos de consumo energético y velocidad de procesamiento.
El término «neuromórfico» fue acuñado por Carver Mead en la década de 1980. Mead, un pionero en la microelectrónica, propuso diseñar sistemas electrónicos inspirados en la estructura y función del cerebro humano. Desde entonces, la investigación en sensores neuromórficos ha evolucionado, con hitos clave como el desarrollo de cámaras de eventos (por ejemplo, Dynamic Vision Sensor, DVS) que imitan el comportamiento del ojo humano.
La visión neuromórfica está estrechamente vinculada a la IA, ya que proporciona datos altamente optimizados y relevantes para el entrenamiento y la ejecución de algoritmos de aprendizaje profundo y aprendizaje automático. Algunas de sus principales contribuciones son:
La implementación de la visión neuromórfica es altamente recomendable en sectores donde la baja latencia y la eficiencia energética son esenciales y además se requiere un procesamiento robusto de eventos en tiempo real. Por ello, la visión neuromórfica tiene aplicaciones prometedoras en sectores como:
La combinación de visión neuromórfica e IA permitirá transformar la forma en que las máquinas perciben y entienden el entorno, acercándose más al procesamiento biológico humano.
Implementar visión neuromórfica en inteligencia artificial presenta varios retos tanto técnicos, económicos o prácticos:
En resumen, la visión neuromórfica tiene un potencial transformador en múltiples industrias. Su implementación es estratégica para empresas que buscan ventaja tecnológica en aplicaciones de inteligencia artificial.
ARQUIMEA, desde su centro de investigaciones ubicado en Canarias cuenta con un orbital de investigación dedicado a la robótica y otro de Inteligencia Artificial que desarrolla proyectos que exploran el potencial de la visión neuromórfica.
Además, todos los proyectos de ARQUIMEA Research Center pertenecen al proyecto QCIRCLE, cofinanciado por la Unión Europea y que tiene como objetivo la creación de un centro de excelencia científica en España.
“Financiado por la Unión Europea. No obstante, los puntos de vista y opiniones expresados son responsabilidad exclusiva del autor y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea y ni la Unión Europea ni la autoridad que concede la subvención pueden considerarse responsables de los mismos.”