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La física cuántica, a menudo considerada como un ámbito abstracto y complejo, tiene un impacto profundo en nuestra vida cotidiana, incluso si no siempre somos conscientes de ello. Desde las tecnologías de la información hasta los dispositivos médicos avanzados, la influencia de la mecánica cuántica es omnipresente.
Fue a principios del siglo XX cuando tuvo lugar la primera revolución cuántica con la formulación de la mecánica cuántica, que revolucionó nuestra comprensión de la naturaleza fundamental de la materia y la energía. Aspectos clave de esta teoría incluyen la dualidad onda-partícula, la superposición cuántica y la incertidumbre.
Por su parte, la segunda revolución cuántica, en la que estamos todavía inmersos comenzó en el siglo XXI, al albur del desarrollo de los grandes ordenadores cuánticos, como es el caso del Sycamore de Google, capaz de realizar en minutos tareas que a los ordenadores tradicionales les llevaría miles de años. Este hito histórico dio paso a un nuevo camino de anticipación, experimentación y nuevas posibilidades para toda la comunidad científica y tecnológica.
Para comprender la revolución en la que estamos inmersos es esencial sumergirse en el mundo de la mecánica cuántica. A diferencia de la lógica binaria clásica, donde los bits pueden ser 0 o 1, la computación cuántica se basa en qubits que pueden existir en múltiples estados simultáneamente gracias al fenómeno de la superposición cuántica. Este hecho abre las puertas a un poder de procesamiento exponencialmente mayor, desafiando todos los límites de los ordenadores tradicionales.
Imagina resolver problemas complejos como la optimización de rutas logísticas o la simulación de moléculas para el descubrimiento de nuevos medicamentos de una manera más eficiente, ofreciendo soluciones en tiempos que antes eran impensables. Ahora la computación cuántica tiene el potencial de abordar estos desafíos a velocidades que hace apenas unos años parecían utópicas.
Estamos ante el amanecer de una nueva era tecnológica, donde la computación cuántica promete abrir caminos antes inexplorados. A medida que los científicos y los ingenieros trabajan en superar los desafíos técnicos, nosotros, como sociedad, debemos abrazar esta revolución con cautela y anticipación. La computación cuántica nos invita a explorar lo desconocido, desafiando nuestros límites y redefiniendo el panorama tecnológico.
Sin embargo, la computación cuántica no es la única responsable de la segunda revolución cuántica, sino que es uno de los cuatro pilares que la conforman. Se podría afirmar que los otros tres pilares son: sensores y metrología, comunicaciones y criptografía y simulaciones cuánticas y algoritmos.
La cuántica se extiende a cada rincón de nuestra vida diaria siendo motor fundamental del progreso en el siglo XXI. Por citar algunos ejemplos está detrás de las pantallas LED y OLED presentes en televisores, teléfonos inteligentes o monitores de pantalla, en equipos de diagnóstico médico de alta precisión capaces de realizar resonancias magnéticas cuánticas, en la energía solar capaz de aprovechar la conversión cuántica de la luz solar, en la electricidad o en las comunicaciones cuánticas, dotando de privacidad y seguridad el intercambio de información gracias a la criptografía cuántica.
Como cualquier avance tecnológico, la segunda revolución cuántica trae aparejadas cuestiones éticas y sociales. La posibilidad de resolver problemas complejos podría tener un impacto significativo en la economía, la medicina y otros campos, pero también plantea interrogantes sobre la seguridad y privacidad, las desigualdades sociales o el impacto laboral. A día de hoy, existe unanimidad entre los expertos a la hora de afirmar que todavía no somos capaces de conocer el alcance real de la cuántica e ignoramos todos los problemas que podrían ser resueltos a través de las tecnologías cuánticas.
El interés europeo por profundizar en los cuatros pilares que conforman la segunda revolución cuántica ha dado lugar a la puesta en marcha del proyecto QCIRCLE. Este proyecto tiene como objetivo la creación de un centro de excelencia en España para el desarrollo y la investigación de las tecnologías cuánticas más prometedoras. Demostrará el impacto que la cuántica puede tener en la sociedad promoviendo avances en cuestiones medioambientales como las emisiones en la industria o el transporte, así como en el diagnóstico precoz de enfermedades.
Dentro de la convocatoria Teaming de la Unión Europea, ARQUIMEA Research Center, el centro de investigación de ARQUIMEA, ha sido seleccionado para liderar este proyecto desde su sede ubicada en la isla de Tenerife, donde más de 70 investigadores trabajan en el desarrollo de tecnologías y modelos de negocio disruptivos que servirán de motor de crecimiento socioeconómico en el futuro.
¡Descubre más sobre este apasionante proyecto que pretende dar respuesta a las prioridades europeas y a los retos globales a través de la investigación y la innovación!
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